La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se
hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa,
Vino a su casa,
y los
suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Juan 1, 1-18
Él nos eligió en la persona
de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por
el amor.
Efesios 1, 3-6. 15-18
en Jerusalén reside mi poder.
Eclesiástico 24, 1-2. 8-12

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