"SE CONFÍAS,
A SÚA GLORIA RESPLANDERÁ EN TI,
XA VERÁS!"
Sermón: Orar es escuchar y obedecer
Sin duda, la
oración es el medio por el que se llega a la perfección y de él dice San Bernardo
que los sobrepasa a todos. Nosotros conoceremos que nuestra oración es buena y
que avanzamos en ella si, cuando salimos, tenemos a imitación de nuestro Señor,
la cara resplandeciente como el sol y los vestidos blancos como la nieve.
Quiero decir, si nuestro rostro reluce con la caridad y nuestro cuerpo con la
castidad.
La caridad es la pureza del alma y la castidad es la caridad del cuerpo. Si
salís de la oración con la cara triste y enfurruñada, se verá enseguida que no
habéis hecho la oración como se debe.
San Juan de la Cruz decía que desde que, en el Tabor, dijo de Jesús: «¡Escuchadle!», Dios se hizo, en cierto sentido, mudo. Ha dicho todo; no tiene cosas nuevas que revelar. Quien le pide nuevas revelaciones, o respuestas, le ofende, como si no se hubiera explicado claramente todavía. Dios sigue diciendo a todos la misma palabra: «¡Escuchadle a Él!, leed el Evangelio: ahí encontraréis ni más ni menos que lo que buscáis».
TERESITA DE
JESUS Carta a Sor
Marta de Jesús Junio de 1897
Querida hermanita, sí, lo he comprendido todo... Pido a Jesús que haga lucir
sobre tu alma el sol de su gracia. No, no temas decirle que le amas, aun cuando
no le sientas. Ese es el modo de obligar a Jesús a socorrerte y a que te lleve
como a un niñito que es demasiado débil para caminar. Es una prueba muy grande
verlo todo negro. Pero eso no depende en absoluto de ti. Tú haz lo que puedas.
Despega tu corazón de las preocupaciones de la tierra, y sobre todo de las
criaturas; y luego ten la seguridad de que Jesús hará lo demás. El no permitirá
que caigas en el temido lodazal... Consuélate, hermanita querida, que en el
cielo ya no lo verás todo negro, sino todo blanco... Sí, todo estará revestido
de la blancura divina de nuestro Esposo,