Una mujer cananea (de las que NO "van mucho a misa") le pidió:
«Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió:
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
Mateo 15,21-28

Pedro (del grupo de los que "vamos mucho a Misa) le dijo:
«Señor, sálvame.»
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?»

