invocadlo mientras esté cerca
Isaías 55, 6-9
Cerca está el Señor
de los que lo invocan.
de los
que lo invocan sinceramente.
Mateo 20, 1-16


Todavía...
Todavía
estás a tiempo para ser lo que has dejado de ser y todo lo que has dejado de
hacer hasta hoy. ¿Para cuándo quieres seguir esperando más?
Todavía
puedes ser el hombre o la mujer que Dios quiere y espera de ti, pero que tú has
detenido y recortado hasta hoy. La verdad, tú eres más de lo que crees y menos
de lo que debes ser, pero, todavía puedes...
Todavía
estás a tiempo para ser el marido, la esposa, el padre o la madre, el hijo o el
hermano que siempre soñaste ser y jamás has estrenado de verdad en tu vida.
Todavía
estás a tiempo para cambiar tu corazón y reemplazarlo por otro nuevo. Todavía
estás a tiempo para quitarte ese corazón de piedra que llevas por otro corazón
de carne, capaz de amar de verdad.
Todavía
estás a tiempo para ser el cristiano que tu Bautismo te pide que seas, pero que
por tus miedos nunca te has arriesgado a ser. Aún estás a tiempo de reverdecer
tu Bautismo y hacerlo florecer en tu vida.
Todavía
estás a tiempo para construir un mundo mejor, dar tu mano a los demás, ofrecer
tu amistad a quien la está necesitando o incluso te la está reclamando.
Todavía
estás a tiempo para dejar tu vida de vulgaridad o de pecado. Sí, todavía estás
a tiempo para dejar de ser malo y hacerte bueno, para dejar de ser bueno y
llegar a ser santo. Sí, todavía estás a tiempo, pero ha de llegar un tiempo en
que ya no tengas un "todavía..."
No lo hagas
todo hoy, pero no dejes de hacer lo que Dios espera de ti precisamente hoy.