
Mateo 3,1-12
«... porque está cerca el reino de los cielos.»
Isaías 11,1-10
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor.

“Sobre él se posará el Espíritu del Señor”.
La presencia de Dios Espíritu en nosotros
nos abre infinitas posibilidades.
Sin esa presencia yo sería nada. Con ella puedo serlo todo.
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Meditar es emprender un camino hacia el hondón de mi
ser.
El camino puede ser largo y difícil, pero no hay
alternativa.
Si de verdad quiero ser auténtico, tengo que
descubrir mi ser.
Si no lo descubro, mi vida se centrará al “ego” (falso
yo).
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La conversión es consecuencia de este
descubrimiento.
El hombre solo cambia una meta por otra mejor.
Si cambio de dirección sin haber descubierto la
meta,
me desorientaré y continuaré sin rumbo fijo.
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