«¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el
más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos
y el servidor de
todos.»
Marcos 9,30-37
Gabriela Mistral
Toda la providencia es un anhelo de servir.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Sé el que apartó del camino la piedra,
El odio de los corazones y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo, pero hay sobre todo, la inmensa, la hermosa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
No caigas en el error de que sólo se hacen méritos con los grandes trabajos; hay pequeños servicios: arreglar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquél el que critica, éste el que destruye; sé tú el que sirve.
El servir no es una faena de seres inferiores. Dios que es el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamarse…! el que sirve!
Y tiene sus ojos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy?
¿A quién?
¿Al árbol? ¿A tu hermana? ¿A tu madre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario